Danza contemporánea en Galicia
Son muchas veces las que reflexiono sobre la danza contemporánea en Galicia. Estamos en un entramado social y territorial que nos esquina en esta península.
En una tierra que es batida por el mar, por el viento, por una variedad meteorológica y húmeda que nos representa, está claro que no pasa por alto en lo que corresponde a la danza contemporánea gallega.
Galicia, ese territorio que tanto se relaciona con lo gastronómico, con lo paisajístico, tiene la suerte de contar un gran número de artistas y compañías en el territorio. Son muchos los esfuerzos que dedicamos a mantener la danza contemporánea, o lo que sea la danza en sí, en Galicia.
Apoyo de las instituciones
En la duda constante de si quedarnos o marcharnos, de si podemos centrar nuestros esfuerzos por crear y danzar en nuestra comunidad, son muchas las cuerdas flojas que atravesamos. Nunca falta la resistencia, y hay un deseo generalizado, considero, por mantenernos aquí, na Galiza.
Prestigio nacional e internacional
Sea como sea, lo que considero que las creaciones gallegas tienen una esencia común, de la cual me siento afortunada de poder admirar. Hay esa honestidad, esa búsqueda por lo sincero, por los movimientos internos, que ya no son sólo danza contemporánea. Es una verdadera preocupación por acercarse a visiones del mundo sensibles, delicadas pero a la vez crudas, sinceras.
Y todo esto genera una comunidad, una identidad. Más allá de abanderarnos de formar de un territorio u otro, simplemente escribo esto como una carta de reconocimiento. Un pequeño análisis nada contrastado sobre la danza contemporánea, sobre los cuerpos que bailan en Galicia. Sobre los cuerpos que no pueden bailar en Galicia pero se llevan ese trocito fuera.
Lejos de toda objetividad, dejando totalmente mis impresiones e ilusiones en este texto, deseo que os llegue nuestra danza, nuestra contemporaneidad tradicional o nuestra tradición contemporaneizada. Que os llegue una batida de mar, viento, lluvia y mucha historia a través de nuestros cuerpos.
